martes, 2 de julio de 2013

LA IMPORTANCIA DE SENTIRSE JOVEN”.


Quiero referirme en esta oportunidad a la juventud.  Pero,  no –como dicen algunas personas a la juventud de antes, ni a la juventud de ahora, sino a la juventud de siempre, a aquella de todos los días.
Personalmente digo, que no son los años los que envejecen a las personas o las arrugas que se forman con el paso del tiempo en el rostro , o quizás esas canas que lucen como nieve sobre la cabellera…. No, no es precisamente eso.  ¿Sabes que es lo que envejece al ser humano?.    Pues,  es la falta de optimismo, de fe,  de ilusiones, de amor…. Porque si aún mantienes eso vivo, significa que no has perdido aún tu juventud.
Si has resbalado alguna vez, no te culpes, ni culpes a los demás, sólo recuerda que mientras más lejos esté la meta que quieras alcanzar, el camino más fatiga te dará.  Pero no te quedes tendido y conforme como los mediocres, levántate.. coge fuerza y emprende el camino.  Nunca dejes que los obstáculos te desanimen o te hagan retroceder, mira que sin ellos, la lucha carecería de valor.
Toda meta es buena, siempre que sea labrada con justicia, con honradez;  para así poder ir con la frente muy en alto,  y seguros que lo que estamos haciendo lo estamos haciendo bien.
A veces las circunstancias y/o el ambiente tratarán de influir en ti, pero no permitas que esto determine tu carácter, tu personalidad y tu forma de ser, por tanto eres tú solamente el que en definitiva decide qué hacer con su vida.   Siempre ten claro que si decides poner pie en marcha, tendrá que ser adelante y hacia arriba, sin tratar de arrinconar a nadie o de empujarlo, porque no sería justo, y a lo mejor el arrinconado serías tú.
Me he permitido hablarte así, pero no me queda otra alternativa.  Sólo es mi deseo, que veas a la vida con otra perspectiva, digo, con la mejor perspectiva  que tus ojos te puedan ofrecer.  Y te ofrezco estos versos que no recuerdo dónde los leí, sólo te digo que los he tomado como lema de mi vida.

“Nunca desistas”

Nunca desistas, cuando vayan mal las cosas
Como a veces suelen ir,
Cuando ofrezca tu camino, solo cuestas que subir
Cuando tengas poco haber, pero mucho que pagar
Y precise sonreír, aún teniendo que llorar
Cuando el dolor te agobie y no puedas ya sufrir

Descansar acaso debes, pero, ¡Nunca desistir!

Por: Sonia Landívar Avilés

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