Se dice que cuando uno tiene claro
cual es su misión vive motivado, convencido y enfocado a lograr sus propósitos,
lo que se traduce en una actitud positiva, determinada, con lo que se logra
sentir mucha energía y una gran fortaleza. Desafortunadamente, nadie tiene un
manual de la vida con indicaciones claras donde explique la misión que se
tiene. Lo que si queda claro, es que cada quien tiene una misión especifica y
no se puede transferir.
Encontrar la misión y el propósito
en la vida es una tarea personal, que se va descubriendo poco a poco, donde la
claridad total de ésta generalmente llega cuando se vive; es decir, cuando uno
esta consiente de su vida, la valora y la reconoce como algo especial, único y
preciado; puede ser que repentinamente surjan eventos y situaciones inesperados
que cambian la perspectiva que uno tenia. Es probable que se puede redirigir la
atención, quizá los intereses y las necesidades se tienen que adaptar a un
nuevo reto, a una condición distinta, desconocida y que quizá en un principio,
hasta puede ser algo incomoda y desagradable y, en casos, hasta no deseada y
muy complicada. Ciertamente la misión de la vida no se escoge, se descubre.
¿Cuál es mi misión? ¿Cómo la
encuentro? ¿Para que vine a este mundo? Descubrirla es el misterio personal,
encontrarla es un reto opcional, vivirla es lo mejor que te puede
suceder.
Una mujer que acaba de tener un hijo
podría pensar que ha encontrado su misión, pero ¿que pasa cuando este hijo
crece y hace su vida? Pudiera ser que esa labor es parte de las habilidades que
tiene que aprender para encontrar su verdadero propósito.
Que tal el muchacho que sufre de un
accidente y queda paralitico sin poderse mover jamás. ¿Tendrá acaso algún
propósito ese accidente tan fuerte y devastador? ¿Sera que gracias a esta nueva
condición conozca su misterio?
Un hombre que pierde toda su fortuna
por un mal negocio, tiene que enfrentar una nueva situación, retos que nunca
espero tener, entonces cual era realmente su verdadera misión: Vivir y trabajar
gozar su dinero o encontrar fuerzas para vivir aún después que lo ha perdido
todo.
Lo que queda claro es que todo lo
que buscamos llega en el momento preciso, a unos antes a otros más tarde, pero
finalmente todos y cada uno tenemos un motivo y solo por eso vale la pena
vivir.
¿Tú ya sabes cual es la luz que tienes que dar en este mundo?

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